El divorcio: realidad actual en Zaragoza

Desde que se tiene información acerca de esta cuestión, en torno a tres cuartas partes de los españoles aceptan el divorcio. Al comienzo con claras limitaciones, pero en pocos años se ha ido consolidando una aceptación amplia y sin obstáculos. No es de extrañar que incluso este contexto haya tenido una plasmación legal en el cambio de la Ley del divorcio.

Los partidarios del divorcio, de su aceptación, justificación o legalización, son las personas más jóvenes, con superior nivel de estudios y estatus y con menor práctica religiosa e ideología de izquierda. En el género, los varones aceptaban más el divorcio que las mujeres, pero tanto en este aspecto como en el resto sus opiniones han sido igualadas por las mujeres, no existiendo actualmente diferencias significativas. Un respaldo muy consensuado no evita que existan grupos minoritarios con opciones contrarias, pero que han ido perdiendo significación.

España es un país de contrastes. Por una parte, somos uno de los primeros países del mundo en justificar y aceptar el divorcio, superando a países que tradicionalmente eran más liberales. Pero, por otra, todavía persiste en nuestro país un relativo alto porcentaje de minorías que no aceptan el divorcio y se muestran en contra de su desarrollo.

Este resultado tiene que ver con una estructura de consensos amplia, donde hay un acuerdo básico en valorar la familia y el matrimonio, pero a la vez somos muy progresistas o liberales en la concepción de las relaciones familiares, aceptando ampliamente aspectos tales como las parejas de hecho, el divorcio o los matrimonios homosexuales.

El cambio social postmoderno se fundamenta en una doble dialéctica de las virtudes y los defectos y de las consecuencias negativas y positivas, tanto de la modernidad como de la tradición. La familia, como institución primaria y esencial del ser humano, vive esta realidad y es partícipe de las transformaciones sociales. Su futuro no es más que una creciente diversificación y pluralismo de formas y comportamientos, de tal manera que incluso llega a difuminarse la propia definición de familia. La permisividad aparejada al pluralismo abre un amplio abanico de posibilidades, en donde España se sitúa como abanderada.

INFORMACIÓN Y PRESUPUESTO ON-LINE