
En un proceso de separación o divorcio, uno de los aspectos más delicados y sensibles a tratar es la guarda y custodia de los hijos menores. Se trata de una cuestión que no solo implica aspectos legales, sino también aspectos emocionales y psicológicos, ya que está en juego el bienestar y el desarrollo integral de los menores.
En nuestro despacho de abogados de familia en Zaragoza, somos conscientes de la importancia de esta materia, por ello ofrecemos una atención personalizada, experta y humana para garantizar los derechos de nuestros clientes y, sobre todo, el interés superior del menor.
La guarda y custodia se refiere al conjunto de decisiones cotidianas sobre los hijos menores: dónde viven, cómo se organiza su día a día, qué colegio frecuentan, cómo se distribuyen los tiempos con cada progenitor, entre otras cuestiones.
Se centra en quién convive habitualmente con el menor y quién se encarga de su día a día: alimentación, higiene, escolarización, actividades extracurriculares, etc.
Es preciso tener en cuenta que, aunque la custodia hace referencia a los hijos menores, los hijos mayores de edad que todavía no son económicamente independientes pueden seguir vinculados a las decisiones parentales en lo relativo a la pensión de alimentos.
En estos casos, aunque no haya custodia como tal, los padres deben seguir prestando apoyo económico proporcional a sus posibilidades.
Importante: no confundir la guarda y custodia con la patria potestad, la cual hace referencia al conjunto de derechos y deberes que tienen los padres respecto a sus hijos como educación, salud, decisiones de suma importancia.
Salvo excepciones, estos derechos y deberes corresponden a ambos progenitores incluso después del divorcio.
Existen principalmente dos tipos de custodia: Custodia monoparental y custodia compartida.
En la custodia monoparental o exclusiva, uno de los progenitores asume la custodia diaria del menor, mientras que el otro ejerce un régimen de visitas, estancias y comunicaciones determinado judicialmente o por acuerdo entre las partes.
Esta opción generalmente se adopta cuando uno de los progenitores no puede o bien no desea asumir la responsabilidad compartida, o cuando existen circunstancias que lo desaconsejan como distancia geográfica, disputas intensas, falta de implicación, etc.
Este régimen de visitas puede establecerse de mutuo acuerdo o por decisión judicial, y suele incluir:
Un reiterado incumplimiento del régimen de visitas puede tener consecuencias legales, llegando incluso a una modificación del tipo de custodia si se demuestra que uno de los progenitores está obstaculizando la relación del menor con el otro.
La custodia compartida implica que ambos progenitores se reparten de manera equitativa los tiempos de cuidado y convivencia con los hijos.
En realidad no tiene por qué ser una división estrictamente igualitaria en cuanto al tiempo (50/50), pero sí debe garantizar un reparto equilibrado y efectivo.
Gracias a la Ley 2/2010 de Igualdad en las Relaciones Familiares ante la Ruptura de Convivencia de los Padres, en Aragón la custodia compartida es la opción preferente, a excepción que se demuestre que no es lo mejor para el menor.
En nuestro Despacho de Abogados con amplia experiencia en Derecho de Familia en Zaragoza, hemos tramitado con éxito numerosos casos de custodia compartida, defendiendo los derechos de nuestros clientes con criterios jurídicos sólidos y siempre poniendo como prioridad el bienestar del menor.
Analizamos cada caso de manera individual, valorando si la custodia compartida es realmente la mejor opción en función de las circunstancias particulares de la familia. En caso de no serlo, elaboramos una propuesta de custodia exclusiva que priorice el bienestar del menor y que pueda ser defendida eficazmente ante los tribunales.
Si no existe acuerdo entre los progenitores, será el juez quien decida el modelo de custodia más adecuado teniendo en cuenta una serie de factores clave, como:
En nuestro despacho contamos con una red de colaboradores profesionales (psicólogos, mediadores, peritos) que pueden reforzar con informes objetivos la posición de nuestros clientes, en beneficio siempre de los menores.
Ante la falta de acuerdo entre los progenitores sobre el tipo de custodia, será el juez de familia quien intervenga y decida en función de los informes disponibles y de la evidencia presentada.
Lo más conveniente es intentar llegar a un acuerdo o soluciones pactadas mediante mediación familiar o a través de la negociación asistida por abogados especializados. Evitar el conflicto judicial reduce la tensión familiar y facilita la adaptación de los hijos a la nueva situación.
Si la situación o circunstancias para alguno de los progenitores cambian (lugar de residencia, o si el menor cuando ya tiene una cierta madurez manifiesta un claro deseo de cambiar su régimen de convivencia), llegando a afectar al régimen de custodia, podrá solicitarse una revisión judicial y modificación de medidas de guarda y custodia ante el juzgado.
No todos los casos de guarda y custodia se desarrollan en un entorno de cordialidad. Existen situaciones especialmente complejas, como:
En cualquiera de estas situaciones, importante trabajar con sensibilidad y profesionalidad asegurando que cada decisión a tomar corresponda a lo que es mejor para el menor.
En nuestro despacho en Zaragoza, estamos preparados para defender los derechos de nuestros clientes en los contextos más difíciles, siempre con el foco puesto en proteger a los menores y garantizar su estabilidad.
Si estás atravesando un proceso de separación o divorcio y buscas asesoramiento sobre la guarda y custodia de los hijos, contacte con nuestro Despacho de Abogados de Familia en Zaragoza. Le ayudaremos a entender sus derechos, evaluar las diferentes opciones y a tomar las decisiones más acertadas para usted y para sus hijos.