Sentencia de retirada de custodia compartida por dejación de funciones del padre

Retirada de la custodia compartida a un padre por dejar demasiado tiempo a sus hijos con sus abuelos paternos

El Juzgado de Primera Instancia nº 16 de Zaragoza dictó en febrero de 2020 una sentencia que ha cobrado notable repercusión mediática y jurídica: la retirada de la custodia compartida al padre por considerar que había incurrido en una dejación de funciones parentales al dejar de manera habitual a los menores al cuidado de sus abuelos paternos. La noticia fue recogida por medios como Heraldo de Aragón y abre un debate esencial sobre la responsabilidad real que conlleva la custodia compartida y los límites del apoyo familiar.

Contexto del caso y fundamentos de la demanda

La madre presentó demanda solicitando la anulación del régimen de custodia compartida, aportando pruebas y alegaciones relacionadas con el abandono de responsabilidades por parte del progenitor. Entre los hechos destacados por la parte actora figuraba la entrega habitual de los menores a los abuelos paternos durante periodos continuados, sin que el padre ejerciera de forma directa ni efectiva la crianza, el seguimiento escolar ni la supervisión cotidiana que exige el cuidado de hijos menores.

¿Qué se entiende por dejación de funciones parentales?

La dejación de funciones parentales consiste en el incumplimiento persistente de las obligaciones básicas de cuidado, tutela y atención de los hijos. No se trata únicamente de una ausencia puntual: para que los tribunales aprecien esta conducta debe existir una reiteración y un impacto negativo en los menores (emocional, conductual o académico). Los parámetros que suelen valorar los juzgados incluyen la frecuencia de la ausencia del progenitor, la delegación habitual de cuidados en terceros y las consecuencias observables en los niños.

Motivos por los que el tribunal retiró la custodia compartida

En su resolución, la magistrada consideró que concurrían indicios suficientes de que la modalidad de custodia compartida no se estaba ejerciendo conforme al principio de responsabilidad compartida. Entre los hechos probados y valorados por el juez se encuentran:

  • La delegación prolongada y habitual del cuidado en los abuelos paternos.
  • La falta de implicación directa y continuada del padre en actividades escolares y de salud de los menores.
  • Alteraciones en la conducta y el rendimiento académico de los niños atribuibles, a juicio del tribunal, a la falta de estabilidad y supervisión efectiva.

El interés superior del menor como principio rector

El principio del interés superior del menor es el fundamento que guía cualquier decisión judicial en materia de familia. Cuando un régimen de custodia pone en riesgo el bienestar físico, emocional o educativo de los menores, los tribunales están facultados para modificarlo. En este caso, la jueza priorizó la protección y estabilidad de los menores frente al mantenimiento automático de la custodia compartida.

Custodia compartida: ventajas y requisitos para su mantenimiento

La custodia compartida se impulsa por sus beneficios potenciales: mayor implicación de ambos progenitores, mantenimiento de vínculos afectivos y reparto de responsabilidades. Sin embargo, para que funcione correctamente se exige:

  1. Disponibilidad real por parte de ambos progenitores (tiempo y recursos).
  2. Capacidad de coordinación y comunicación entre los progenitores.
  3. Estabilidad en el entorno de ambos domicilios y cercanía geográfica razonable.
  4. Compromiso efectivo con las obligaciones escolares, sanitarias y cotidianas.

Si cualquiera de estos requisitos falla de forma persistente, la custodia compartida puede dejar de ser la opción más protectora para el menor.

El papel de los abuelos: apoyo sí, sustitución no

Los abuelos desempeñan un papel valiosísimo en la red de apoyo familiar. No obstante, la sentencia recuerda que el apoyo puntual o complementario no puede convertirse en la sustitución continuada de responsabilidades parentales. La delegación sistemática en los abuelos, sin justificación razonable, puede interpretarse como negligencia si priva a los menores de la atención que deben recibir de sus progenitores.

Consecuencias prácticas de la sentencia

La resolución determinó la modificación del régimen de custodia de compartida a custodia exclusiva para la madre, con las adaptaciones pertinentes en el régimen de visitas del padre. Además de las repercusiones inmediatas en la organización familiar, la sentencia envía señales claras:

  • Que los tribunales exigen la materialización de la corresponsabilidad parental, no sólo una fórmula administrativa.
  • Que la existencia de apoyo familiar no exime al progenitor de su obligación de cuidado y supervisión directa.
  • Que el deterioro en el rendimiento escolar o la conducta será tenido en cuenta como indicador relevante en la valoración judicial.

Cómo documentar y acreditar la dejación de funciones (orientaciones prácticas)

En procesos de modificación de medidas, la prueba es clave. Recomendaciones prácticas para quien acredite dejación o falta de implicación del otro progenitor:

  • Recopilar comunicaciones (mensajes, correos) que muestren falta de respuesta o ausencia de coordinación.
  • Guardar informes escolares que reflejen absentismo, caída de rendimiento o problemas de conducta.
  • Solicitar informes médicos o psicológicos si existen indicios de afectación emocional en los menores.
  • Recoger testimonios de terceros con relación directa (profesores, pediatras, educadores) que constaten la situación.

Alternativas antes de acudir a la vía judicial

No todos los conflictos familiares requieren ir inmediatamente a juicio. La mediación familiar puede ser un instrumento eficaz para reordenar responsabilidades, fijar horarios y pactar compromisos concretos. Cuando la comunicación se ha deteriorado, un tercero neutral puede facilitar acuerdos que recuperen la custodia compartida en términos efectivos y sostenibles.

Implicaciones para profesionales del derecho y operadores sociales

La sentencia obliga a abogados, jueces y servicios sociales a evaluar con perspectiva práctica la realidad de las familias. No basta con otorgar un título de custodia compartida; hay que comprobar su aplicación real. Los informes sociales y periciales cobran especial relevancia cuando se aprecian indicios de dejación o riesgo para los menores.

Claves para progenitores que desean mantener la custodia compartida

Si eres progenitor y pretendes que un régimen compartido perdure, ten en cuenta las siguientes claves:

  • Planifica y documenta tu participación diaria: horarios, responsabilidades y actividades.
  • Participa activamente en la vida escolar y sanitaria de los niños: tutorías, cita médica, actividades extraescolares.
  • Mantén un canal de comunicación respetuoso y operativo con el otro progenitor.
  • Evita delegaciones continuadas a terceros salvo motivos excepcionales y puntuales.

Reflexión final: responsabilidad antes que formalismos

La sentencia del Juzgado de Zaragoza nos recuerda que la custodia no es un papel o un derecho abstracto: es una responsabilidad diaria que exige presencia, cuidado y supervisión. Cuando el esquema formal no se corresponde con la práctica, los tribunales están habilitados para readaptar las medidas en favor de la protección y estabilidad de los menores. En definitiva, más allá de la denominación ("custodia compartida" o "custodia exclusiva"), lo relevante es que los niños cuenten con adultos que asuman sus obligaciones reales con constancia y diligencia.

Para ampliar información y leer la noticia original publicada en prensa, puede consultarse el enlace difundido por el medio que cubrió el caso.

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